“La industria del vino, como la mayoría de las industrias, sigue siendo desigual. Pero más que hablar de la industria, puedo hablar de mi empresa. En Bodega Malma, la mitad somos mujeres y, sin embargo, el porcentaje de ausentismo debido a tareas de cuidado doméstico no respeta esa distribución por género. Más bien refleja algo que ya sabemos que ocurre en la sociedad en general: que la responsabilidad de cuidar de otras personas recae mayoritariamente en las mujeres, lo que perjudica potencialmente su crecimiento profesional.”

“A pesar de las declaraciones sobre la importancia de la igualdad de género y los programas implementados en diferentes áreas, es evidente que –en realidad– el progreso es muy lento en cuanto a lograr metas relevantes. Por ello, es necesario continuar con las acciones de manera constante, considerando a las mujeres como vectores de las políticas públicas y como pilares de los programas de desarrollo sostenible inherentes a los sectores en los que nos comprometemos a trabajar.”

“Miembro del Directorio de VALOS
Es claro que si miramos los últimos 15 años, las mujeres han logrado avances importantes dentro de la industria del vino, pero creo que aún queda mucho camino por recorrer. Hoy podemos ver muchos enólogos y agrónomos liderando equipos, pero la existencia del ‘techo de cristal’ es evidente cuando se analizan los directorios o comités ejecutivos de las empresas. Son pocas las mujeres que ocupan puestos en la mesa chica y, en su lugar, se dedican mayoritariamente a áreas consideradas ‘blandas’ (en lo que podría llamarse ‘la vieja mentalidad’), como recursos humanos, marketing o turismo. En mi opinión, hay dos líneas principales de acción para mejorar las oportunidades de las mujeres con el fin de que puedan avanzar en sus carreras y romper el ‘techo de cristal’.”

“La sostenibilidad se está convirtiendo cada vez más en el centro de la industria del vino, y no es factible sin la igualdad de género. Estamos en el camino correcto. Hoy en día, un tercio de los Masters of Wine del mundo son mujeres, pero la división de género de los nuevos MW en los últimos 10 años se ha modificado: el 52 % son hombres y 48 %, mujeres. Cada vez más empresas incluyen la igualdad en sus planes de negocio. Sin embargo, esto no es suficiente; este tipo de iniciativas se deben acompañar con acciones en áreas que inciden en el cambio, como la contratación, los esquemas de capacitación, la brecha salarial de género y la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo. Es responsabilidad de todas las personas que estamos en la industria del vino erradicar los sesgos de género y levantar las barreras que impiden que la gente desarrolle su potencial”

“Hoy vemos a muchas mujeres ocupando puestos clave dentro de la industria. Sin embargo, todavía son relativamente pocos. Todavía queda un largo camino por recorrer hasta que podamos ver la igualdad de oportunidades para todos los géneros. Pero la conversación está sucediendo ahora mismo. En ese sentido, América del Sur es quizás ahora el foco de un debate sobre los derechos de género en el escenario global. Es quizás la discusión pública clave en Argentina y el Cono Sur, y un lente a través del cual se observan y discuten muchos otros debates. Tenemos una ventana de oportunidad.”

“Hablar de igualdad de género hace más de 20 años era casi imposible. El trabajo del campo o de ruta era exclusivamente para los hombres, y las mujeres que venían a realizarlo no eran bien vistas. Hoy, eso ha cambiado gracias a todo el trabajo realizado por mujeres fuertes, y hay una mente abierta. Estamos en buen camino para alcanzar la igualdad. Hay mucho trabajo por hacer, pero estamos en camino.”

“Dentro de la desigualdad de oportunidades que existe en todas las industrias, particularmente en la vitivinícola, Casarena es una de las excepciones. La empresa está ‘dominada’ -en el mejor sentido de la palabra- por mujeres. No priorizamos títulos ni experiencias, sino atención a la energía y compromiso que cada uno pone en las tareas, lo que da oportunidades de crecimiento personal y profesional.”

“Los prejuicios siguen existiendo en la industria del vino. No hay igualdad de oportunidades a pesar de los avances positivos que se han logrado en los últimos años. Todavía existen puestos específicos de género, como operador de almacén, gerente de producción, gerente de finca, ingeniero agrónomo, entre otros. Esto es algo cultural y para cambiarlo hay que entrenar, generando conciencia de que, si la persona es óptima para el puesto, lo puede ejecutar sin importar su sexo”

“Todos somos Pachamama, nos contiene a todos, todo es Pachamama. Respetar es pensar en un mañana sostenible. Como mujer de La Quebrada, mi lugar es la lucha diaria por lograr el respeto por nuestro lugar, nuestro entorno y nuestro futuro. Así estaremos cuidando de nuestra futura generación.”

“Aunque entiendo que hay igualdad en todas las empresas, creo que se ha avanzado mucho en este sentido en el sector vitivinícola. Cada vez son más las mujeres profesionales que avanzan en su carrera dentro del sector en diferentes áreas (ingenieras, enólogas, directivas, hostelería, cocineras, etc.). Estar inmerso en la realidad de nuestra empresa, demuestra que SÍ las hay.”